LA METAMORFOSIS
Balletín Dance – 10 de julio de 2013
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Por Carlos Bevilacqua
En Social Tango, que se estrena este mes en el Teatro de la Ribera, se buscará mostrar cómo el contacto con el baile puede transformar a una persona
El tango no es inocuo. Como música, siempre genera algo: gusto, rechazo, curiosidad, sorpresa, atención… Como danza, es más común que seduzca a primera vista. Y si el interpelado por ese caminar abrazado se anima a probar cómo sabe, es muy probable que se entusiasme. De esa fascinación por el baile típico porteño habla Social Tango, espectáculo dirigido por Agustina Videla y Nora Lezano que desde el 12 de julio se ofrecerá en el Teatro de la Ribera, con producción del Complejo Teatral de Buenos Aires, dependiente del Gobierno de la Ciudad.
“Buscamos contar la transformación que provoca en una persona la posibilidad de bailar, el espacio social que se le abre y cómo empieza a relacionarse con gente de otras edades, nacionalidades y clases sociales”, adelanta Videla, joven bailarina y coreógrafa especializada en tango que desarrolló la mayor parte de su carrera en el exterior. “Haber viajado tanto me permitió comprobar que la pasión por el tango como baile social es universal. Personas que en muchos casos viven solas o sumergidas en una rutina, descubren otro mundo al aprender a bailar. En pocos ámbitos se da un cruce entre gente tan distinta. Y en la milonga están todos igualados por el deseo de bailar”, acota, feliz, ante su primera experiencia al frente de un show teatral.
El relato se concretará a través de una doble vía. Por un lado, con las coreografías diseñadas por Videla para un grupo de catorce bailarines cuidadosamente seleccionados, quienes representarán diferentes estadios en evolución del hombre común hacia el milonguero. Por otro lado, las paredes del escenario irán sumando sentido a través de la proyección de tres cortos cinematográficos sobre una pantalla gigante tipo ciclorama. Esos cortos fueron especialmente realizados para la ocasión por Nora Lezano, la otra directora de Social Tango.
Prestigiosa fotógrafa de vasta experiencia en el círculo del rock, Lezano fue convocada en principio para retratar a algunos participantes frecuentes de la milonga en pos de una carpeta de presentación. Pero a poco de andar fue involucrándose cada vez más en el proyecto. Cuenta ella misma: “Flashié. No había ido nunca a una milonga y me encantó justamente porque era un terreno desconocido para mí. Para los habitués de la milonga, el tango es todo. Hubo gente que nos decía: ‘si no fuese por el baile, yo ya estaría muerto’. Ya en la primera charla, le propuse a Agustina varias ideas. Ella tenía armado un guión y, con su consentimiento, me fui metiendo en ese guión. Terminamos haciendo un montón de modificaciones”. Al poco tiempo, su participación derivó en un pequeño estudio montado ad hoc en la milonga Cachirulo. Allí seleccionaron a siete bailarines aficionados de rasgos bien diversos para protagonizar los tres films, dirigidos por Lezano en su segunda experiencia audiovisual profesional. Las imágenes fijas que quedaron de aquel casting se expondrán en una fotogalería del teatro durante el período de funciones.
La danza en vivo abrevará en distintas fuentes, según anticipa Videla. “No quisimos atarnos a ningún dogma. Los lenguajes corporales están sujetos a la narración. En algunos tramos apelamos a la danza contemporánea, en otros al tango de pista y en otros a un tango más moderno. Hasta aparecen algunos elementos del neoclásico, pero subordinados a movimientos de tango salón. Nuestro objetivo es transmitir el sentimiento genuino del tango que baila la gente, pero sin limitarnos al tango de pista como lenguaje corporal”, aclara. Más que en algún destello técnico, la complejidad del show radicará en la geometría y la sincronicidad de las parejas, de acuerdo a sus palabras.
Para concretar sus pretensiones, las directoras convocaron a una audición destinada a seleccionar bailarines jóvenes, con una sólida formación tanguera, al menos algunos conocimientos de danza contemporánea y con ganas de crecer artísticamente durante los ensayos. Los elegidos fueron Rodrigo Arze, Sebastián Fernández, John Galindo, Cristian García, Horacio Herrera, Eva Icikson, Lucía Ohyama, Edwin Olarte, Leonardo Pankow, Guadalupe Ponzelli, Gisela Seewald, María Josefina Stellato, Violeta Videla y Constanza Vieyto, quienes vestirán prendas confeccionadas por la prestigiosa vestuarista Renata Schussheim.
En el siempre arduo trabajo de prueba y error, Agustina Videla no estuvo sola. Tuvo en Julio Arias y Sergio Villalba asistentes en técnica de partenaire, en Verónica Maseda una asistente de contemporáneo y en Mayra Galante (con quien además dirigió los ensayos) una asistencia en lo estrictamente tanguero. Esta última, otra joven bailarina de tango con una considerable experiencia en el exterior, también participó en la génesis del proyecto junto a Ramón de Oliveira, según cuenta la entrevistada.
A tono con el eclecticismo de los movimientos, la banda sonora de Social Tango estará compuesta por canciones tradicionales que por lo general suenan en las pistas pero no sobre los escenarios y por otros temas más audaces, reflejos de las búsquedas que caracterizan a nuestra época también en lo sonoro. De hecho, los signos de los tiempos son esenciales entre los objetivos de la puesta. “Nos parece que en general los shows de tango están desligados de la realidad actual del género, Por eso, desde un principio, quisimos armar un espectáculo que hable del tango contemporáneo”, postula Videla. La chance de llenar ese vacío durará tres meses, con funciones de jueves a domingos, en la hermosa sala municipal del barrio de La Boca.
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